[COLUMNA] Obligados e indecisos, por Patricia Zárate

A menos de tres meses de las elecciones Forsyth sigue a la cabeza, aunque no hay un candidato que llegue siquiera al 15% de intención de voto. Dos cambios importantes: la aparición de Lescano en los primeros lugares y la caída de Guzmán. Lescano aumenta de 4.5 a 7.1% su mención cuando se leen opciones. Esto puede afectar la preferencia de Mendoza en el sur donde ambos van a tener que competir por el voto. El otro cambio es la caída de Guzmán, que pasa de 9.1 a 4.6%, probablemente como consecuencia de tener como presidente alguien de su partido, sobre todo teniendo en cuenta que la aprobación de Sagasti es de 21%. Parte de los votos por Guzmán parecen haberse repartido entre Lescano y de Soto.

Un dato interesante que emerge de las preguntas (abiertas) realizadas a los electores es las razones detrás del voto. En el caso de las mujeres, Fujimori y Mendoza, sus mayores atributos no están asociados con sus cualidades personales sino con “ser mujer” para el caso de Mendoza o “su padre” en el caso de K. Fujimori. La mano dura que está en la campaña de Fujimori parece estar más asociada con Urresti. El liderazgo asociado con Lescano y la preparación con de Soto.

Como hemos venido diciendo hace meses, en estas elecciones no hay un ejercicio real de representación política, lo que existe es la obligación de votar (literal) y de tener que elegir de una carta de opciones con las que pocos se sienten a gusto o por lo menos aceptan y eso se refleja en que, de manera espontánea, 74% de los encuestados no elegiría a nadie.

 

Columna publicada en La República, 31 de enero de 2021