La disminución de 7 puntos en la aprobación del presidente Vizcarra, en un mes, responde principalmente al impacto del mal manejo de la situación en Tía María. Entre junio y julio, en las macro zonas Centro y Sur (predominantes serranas), baja 16 puntos. En Lima y el Norte (predominantemente costero), el nivel de aprobación es semejante al de junio. En estos últimos, ni bajo ni subió la aprobación.
Cuando se analiza los resultados de otra manera, dividiendo al país en zonas de Costa, Sierra y Selva, claramente es en la Sierra donde el porcentaje de los que aprueban la labor del presidente disminuye en mucha mayor medida, son 14 puntos menos. Solo un 30% aprueba al gobierno en esta zona del país.
Se sigue sin poder tener una política clara con relación al desarrollo de la minería y su relación con el agro. Y tampoco hay una organización sólida para el manejo de los conflictos que se generan. Ya se vio en Las Bambas. De acuerdo al informe de julio de este año del Observatorio de Conflictos Mineros en el Perú[1], casi dos tercios de los conflictos sociales en el país son de tipo socioambiental y, de ellos, dos tercios están vinculados a la minería.
En ese escenario, es de esperar que los problemas en Islay impacten en el ánimo de un importante sector de peruanos sensibilizados al respecto. En abril de este año el 60% de las personas nos decían que la minería es importante pero que debe desarrollarse con otras áreas de la economía. Un tema que este y otros gobiernos siguen sin resolver.
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[1] Informe elaborado por CooperAcción, Fedepaz y Grufides