A casi tres meses del primer caso de covid-19 en Perú y con más de dos meses de cuarentena, la aprobación del presidente muestra cierto desgaste. Entre las primeras semanas de abril y estas últimas de mayo, las cifras fueron bajando de 92% a 80% y ahora a 74%. Sigue siendo más alto en Lima y en sectores más privilegiados.
Pese a los más de 150 mil casos confirmados y a que se evalúa de regular a mal lo que hace el gobierno en salud, economía y educación, la población parece entender que el gobierno hace lo que puede y, sin embargo, no logra controlar los efectos de la pandemia. Para 75%, la principal razón por la que no se ha podido controlar el covid-19 está en los ciudadanos irresponsables que no cumplen con las disposiciones del gobierno. Sin embargo, el mismo ciudadano reconoce un alto cumplimiento de las medidas (75% en algunas).
Ni el aumento de contagios ni la saturación del sistema de salud se pueden atribuir exclusivamente al gobierno, como tampoco a la ciudadanía. Ha habido altos niveles de cumplimiento que chocan con la pobreza y con sistemas de vivienda, transporte y mercado que no contribuyen con el cuidado sanitario. Por eso quizá, la última ampliación de la cuarentena ha tenido más apoyo en los niveles socioeconómicos más altos y en Lima.
Por la emergencia tenemos que priorizar soluciones en el corto plazo. Sin embargo, no podemos dejar de lado las variables de desigualdad, falta de institucionalidad e informalidad, porque hicieron a nuestro país más vulnerable frente a la pandemia y si no hacemos nada, nos hará aún más desiguales.