CHRIS BOYD. Economista e investigadora del IEP.
El mercado de seguros en el país ahora también se orienta hacia las actividades agrícolas. Esto fue lo que captó la atención de Chris Boyd, economista e investigadora del IEP. Ella acaba de ganar el concurso de investigación del Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES) en la categoría “Proyecto breve”. Nuestro Instituto obtuvo tres menciones en el certamen, entre las que estuvo su propuesta denominada «Vínculos entre la adopción de seguros formales y el aseguramiento informal. Estudio de caso de un seguro agrario en la costa peruana». El proyecto busca explicar por qué los microseguros agrarios han tenido muy poca acogida entre sus potenciales usuarios y cómo influye en ello la preexistencia del aseguramiento informal. Aquí nos cuenta más sobre él.
¿Por qué investigar sobre los seguros?
Lo que busco saber es cuáles son los tipos de aseguramiento informal que pueden contribuir a que una persona adquiera un seguro y cuáles son los tipos que no ayudan a ello. Al saber esto se le podría dar un seguro con unas características determinadas a un grupo de personas y otro seguro con otra innovación a un grupo distinto que sabemos que es menos propenso a comprarlo. Con ello se podría implementar un mejor diseño y la entidad que ofrece el seguro no incurriría en perdidas, ya sea ésta de carácter privado o público.
El caso de tu estudio se ubica en la costa de nuestro país…
Sí, la investigación pretende evaluar el caso de los agricultores algodoneros del valle de Pisco, quienes se hallan expuestos a la incertidumbre del mercado, el clima, las políticas de gobierno y otras variables que pueden afectar su producción y traer vulnerabilidad a sus hogares. Este grupo suele acceder a tipos de aseguramiento informal como remesas o préstamos de familiares y vecinos, lo que podría inhibirlos de comprar seguros formales. Sin embargo, depender de gente cercana a su círculo podría dejarlos en situación de vulnerabilidad ante algún desastre que pueda afectar a toda su comunidad.
El seguro al que accedería esta comunidad es un seguro agrario. ¿Cómo funciona este tipo de seguros?
En este caso se trata de un seguro basado en el índice de rendimiento del algodón, que les paga a todas las personas que compran el seguro cuando sucede el shock. Por ejemplo, en el valle de Pisco tiene un rendimiento promedio del algodón de 50 quintales por hectárea para un año normal y un mínimo de 36 quintales por hectárea para un año malo. Si al final del año la cosecha llega a una productividad de 30 quintales por hectárea, es decir, por debajo del mínimo establecido, el seguro le va a pagar a todos los que lo adquirieron. Y si está por encima del mínimo establecido en el contrato del seguro, digamos 38 quintales, no le va a pagar a nadie. Este esquema es novedoso y hace que sea más fácil de medir, más barato; pero al mismo tiempo, esta innovación hace difícil que las personas entiendan sus beneficios.
¿Por qué es difícil explicar los beneficios de estos seguros?
Una razón es la educación. Es difícil convencer a los agricultores de que compren un seguro explicándoles la cobertura, cómo se calcula el rendimiento, etc. Los beneficios de este tipo de microseguros son difíciles de transmitir. Por eso, aunque la pregunta principal de mi investigación es por qué no compran estos seguros, dentro de esto lo que quiero encontrar es qué hacer para que sí lo hagan.
¿Qué tanto se ha investigado sobre los seguros agrarios en el Perú?
La literatura económica sobre seguros en el país no es muy abundante, sobre todo presenta vacíos en el caso agrícola. La investigación pretende cubrir un tema poco explorado pero significativo para un país como el Perú, donde los hogares agrícolas por lo general no se encuentran protegidos ante la ocurrencia de eventos catastróficos.
¿Cuándo tendremos los resultados de tu investigación?
La investigación debe estar terminada dentro de seis meses. Tengo material para la parte cuantitativa, que consiste en encuestas recogidas en los años 2008 y 2009, cuando colaboré en un proyecto que el IEP trabajó junto a la Universidad de Wisconsin. Se trataba de un piloto de seguro algodonero. Ahora debo regresar al campo para levantar información que me permita el análisis cualitativo, para esto volveré a conversar con los agricultores y con los agentes vendedores del seguro.